martes, 25 de agosto de 2009

Conociendo a Gabriela



Nombre: Gabriela

Apodo: Gabbo

Edad: 21 años


Nací en la pintoresca ciudad de Tijuana un 30 de mayo de 1988, me esperaban en casa mis padres, mi hermana (maltita) y mi perro skipy, 4 años después nació mi hermano David y mi familia se completo. No creo que te interesen mis logros del desarrollo motores, de lenguaje y mucho menos de control de esfínter… así que continuare con los detalles más relevantes.


Hice solo un año en el kinder, así que no te extrañe si me salgo de la línea cuando coloreo, a los 6 años ingrese a la primaria “Don Andrés Quintana Roo”, tuve una infancia muy bonita (si no lo fue así del todo mis mecanismos de defensa hicieron un excelente trabajo) mis juegos favoritos eran todo lo que tuviera que ver con correr y brincar de aquí a allá, me encantaba andar en patines y subirme a los árboles, mis días favoritos eran los sábados y domingos por que me iba con mi familia paterna al rancho de mi abuelo y jugaba con mis primos todo el fin de semana (de hecho es mi lugar favorito).


A los 12 años entre a la Poly, la mejor secundaria ok?, aunque a veces la culpo de echarme a perder como estudiante, porque nunca me hacían exámenes, así que pase 3 años de mi vida sin estudiar para uno, me la pinteaba MUCHAS clases a la semana, y como me toco en el turno de la tarde, desde el año 2000 en verdad sufro para levantarme temprano.


A los 15 años entre a la Lázaro (¿Qué le dijo un jaguar a otro jaguar? R. ¡Arriba la Lazaroooooooo!).


Siempre fui una persona muy “amiguera” de hecho aun frecuento a mis amigos de la primaria, secundaria y prepa, se que a pesar del tiempo puedo contar con ellos y que ellos saben que pueden contar conmigo, aunque la vida misma me ha demostrado que los mejores amigos o personas incondicionales que puedo tener son mis papas y mis hermanos.


Amo a mi carrera, a mi familia, a mi novio, a mis amigos, a mis perros, de hecho a todos los animales, respeto a la vida, a la naturaleza. Me considero una persona de Fe, creo en Dios y es una parte de la cual me siento muy orgullosa, creo en el amor (gracias Christian), en la fidelidad, en el karma, en muchas otras cosas.


Me gusta la música (mis favoritos Café Tacvba, Gustavo Cerati, Kinky, los Beatles, aterciopelados), me gusta el arte, inventar cosas, bailar, salir de casa, estar en casa, salir a bailar, una cerveza con mis amigos (bueno 2 o 3 etc. etc.) ir de compras con Christian (de hecho ir a cualquier lado con el), caminar, decorar, ver una buena película ( o una mala en la que salga un actor guapo jajaja) ver Friends, Grey’s Anathomy, animal planten y Discovery, el myspace, etc.


No me gusta la cebolla, levantarme temprano, el calor, me dan miedo los tiburones, tengo PESIMA ortografía (pregúntale a sopa), no me gustan las personas que tiran basura en la calle, las personas que manejan a grandes velocidades (los típicos quemallantas), no poder comer cuando tengo hambre por que estoy en clases (creo que me entiendes en eso).


No tengo idea de que va a pasar con mi vida, solo espero poder hacer lo que me guste conforme valla evolucionando mi forma de ser y de pensar en donde la vida me ponga.


Gabriela A. V.

Wikipedia irrita a psicólogos

La popular enciclopedia online ha entrado en el ojo de la tormenta dentro del ámbito de la psicología luego de publicar los resultados más comunes del "test de las manchas".

La técnica se utiliza desde 1921.

James Heilman, un médico de una sala de emergencias de Moose Jaw, Canadá, publicó en un artículo de Wikipedia las respuestas más comunes a las diez placas del test de Rorschach, una técnica de diagnóstico de amplia utilización en el ámbito de la psicología.

El método, creado por el psiquiatra suizo Hermann Rorschach en 1921, consiste en diez manchas de tinta que el paciente debe describir.

Según la psicología, las respuestas dan información sobre los mecanismos de pensamiento del paciente y dan claves acerca de su personalidad y posibles patologías.

Debate

Esta publicación provocó un debate en parte de la comunidad de psicólogos. Muchos de ellos criticaron la publicación.

Uno de ellos es el presidente de la Sociedad Internacional de Rorschach y Métodos Proyectivos, Bruce L. Smith, quien dijo a la BBC que aunque la divulgación de las respuestas más comunes no es un "problema grave", sí perjudica la buena práctica de esta técnica.

¿Murciélago? ¿Mariposa? ¿Pelvis?

"Estos métodos operan mostrando al individuo un estímulo nuevo, para ver su reacción. Cuanta más familiaridad tenga el paciente con ese material, mas difícil es la tarea".

Además, Smith dijo que los resultados que divulgó Wikipedia "no son realmente los más comunes".

"Probablemente Wikipedia sea el principal sitio al que la gente acude en busca de información. Nuestra tarea es mantener el material de estos tests lo más seguro posible", dijo a la BBC.


Gran vigencia....

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Placa de Rorschach

Fuente: BBC

¿Se puede valorar el daño psicológico? ¿Qué es la Psicología Jurídica?

Dentro de la Psicología hay un área, la jurídica, que se centra principalmente en valorar hasta qué punto un determinado suceso ha influido o influirá en la génesis y mantenimiento de un trastorno posterior de tipo psicológico. Valora las secuelas de un accidente o de un hecho traumático, las consecuencias de un despido; e incluso interviene en procesos de familia como adopciones, patria potestad, etc.


Cada vez son más frecuentes los informes periciales para apoyar las demandas de patria potestad o las solicitudes de adopción. Pero los más comunes son: los que valoran las consecuencias de acontecimientos traumáticos del tipo accidente de tráfico, peleas, abusos, violaciones, malos tratos... y los que determinan si la persona que ha cometido un delito tenía la “capacidad de actuar culpablemente”, o lo que es lo mismo si es imputable o no el delito por el que se le acusa. Obtener argumentos que determinen con claridad este último punto es complejo puesto que hay infinidad de factores que pueden haber influido en el comportamiento.

Estamos bastante acostumbrados a llamar al perito de nuestra compañía de seguros cuando tenemos un accidente con nuestro vehículo. Un poco menos común es que requiramos los servicios de un médico para que realice una valoración del daño sufrido por el mismo accidente. Pero menos frecuente es aún que acudamos a un psicólogo para que realice un informe pericial sobre la influencia que el accidente ha tenido en nosotros: alteraciones del habla, cambios afectivos, miedos intensos, agresividad, alteraciones de la personalidad... El perito por medio de test psicológicos y entrevistas personales deberá valorar en qué grado y con qué intensidad se producen las alteraciones. En demandas a las compañías de seguros para obtener una indemnización, el procedimiento más normal es el de presentar informes avalando que el daño por el que se reclama efectivamente existe y es de tal gravedad.

. En los países anglosajones es muy frecuente requerir informes periciales a un especialista para estructurar y argumentar una demanda adecuadamente. En España al ser una opción relativamente reciente hace que no estemos familiarizados con éste tipo de recursos. Probablemente conocer nuestros derechos y las posibilidades que nos ofrecen las leyes haría que consultáramos a un psicólogo para apoyar nuestras solicitudes o reclamaciones de tipo económico, penal, laboral o civil.

En los procesos de adopción el perito analiza la idoneidad de los adoptantes y valora el nuevo entorno en el que se encontrará el niño. Posteriormente seguirá la evolución de la nueva familia y prestará su apoyo para que se consiga una adecuada y plena integración. En procedimientos de declaración de incapacidad y minusvalía psíquica se valora hasta qué punto la persona está impedida para gobernarse por sí misma. Estas y otras funciones son las que puede desempeñar un psicólogo en el marco de la psicología jurídica. ¿Se había planteado alguna vez esta posibilidad?.

Fuente: Gabinete De Psicologia.

Cuando hago algo, ¿estoy haciendo realmente lo que quiero?

“Por la mañana cuando me levanto, me ducho, me visto, desayuno, hago la cama y me voy a trabajar”. Esta podría ser la rutina de muchas personas cada mañana. Al enfrentarnos a nuestras tareas diarias creamos métodos para resolverlas lo más rápida y fácilmente posible. Intentamos ser eficaces, y en función de nuestros grados de exigencia, no dejarnos pendiente ninguna tarea ya planificada. De esta manera, conseguimos entre otras cosas, reconocimiento, admiración, recompensas económicas y la sensación de hacer bien las cosas.

Desde pequeños se nos enseña a rendir y trabajar para alcanzar mejores resultados de mayores y se sobrentiende que insistir en el cumplimiento nunca está de más, ya que la inercia del cuerpo nos lleva a huir y evitar las responsabilidades y todo aquello que genere un esfuerzo excesivo.

La verdad es que en esencia, cumplir con las normas sociales requiere tiempo e insistencia por parte de nuestros mayores durante nuestra infancia, si bien en unas ocasiones por la excesiva insistencia y otras por la tendencia innata de la persona a exigirse, se generan efectos negativos que disminuyen significativamente su calidad de vida. En cualquier caso, aceptar obligaciones ayuda a no pensar mucho en lo que se va a hacer. Si algo es obligado se dedica menos tiempo a valorar si se hace o no.

Exigirse, responsabilizarse uno mismo de los objetivos de vida, es sano y enriquecedor, nos ayuda a ser constantes, pero si por momentos empezamos a sentir ansiedad, tristeza, apatía, percepción de peligro indeterminado, será entonces cuando deberemos valorar si lo que estamos imponiéndonos es realmente lo que queremos. Dicho de otra forma, exigirnos, presionarnos para conseguir cosas es eficaz, pero puede tener costes personales algo elevados. Es bueno que valoremos si con desear hacer algo basta para conseguirlo, o si hay que imponerse con contundencia ser puntuales, hacer las camas, acabar hoy el trabajo que pidió el jefe… Quizás no sea tan grave la consecuencia de no cumplir con la norma, frente al coste emocional que supone mantenerse siempre amenazado por no cumplir con ésta.

Por supuesto las obligaciones no son sólo hacia uno mismo, en la medida en la que necesitamos que algo sea de una determinada manera, es fácil exigir también a los que nos rodean. Pongamos una situación hipotética, que no siendo trascendental en la vida de alguien, puede ser productora de conflicto y malestar: si debemos quedar bien con un amigo al que vamos a visitar, y debemos llevar un detalle como muestra de aprecio, si algo impidiese comprarlo, o a quien se le encargó se le olvidó, será fácil que se genere un estado de ánimo negativo. De esta forma, se favorecerá el conflicto, y será mucho más sencillo discutir y enfrentarse. Si uno se para ante este tipo de situaciones podrá valorar que aunque es deseable llevar el detalle, la consecuencia emocional puede no ser proporcionada a la real. Quizás se pueda tener otro tipo de detalle, o no tener ninguno… en cualquier caso, cuanto más nos hayamos exigido hacer el regalo, viviremos con mayor malestar no poder hacerlo.

Por todo esto, cuando empecemos a sentirnos mal porque alguna de nuestras normas no se cumpla quizás convenga volver a la pregunta de partida: cuando hago algo, ¿estoy haciendo realmente lo que quiero?.


la medida de las cosas


fuente: Gabinete de Psicologia.

Mujeres tardan 10 años en superar una relación violenta: UNAM

Es fácil entrar en la dinámica de una relación tormentosa con un hombre, pero difícil salir de ella... muy difícil. La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) reveló que las mujeres tardan casi 10 años en superar una relación violenta, incluso si están en peligro de muerte.

De acuerdo con la jefa del Centro de Servicio Comunitario Dr. Julián MacGregor y Sánchez Navarro, de la Facultad de Psicología de la máxima casa de estudios, Noemí Díaz Marroquín, ese es el promedio estadístico a nivel mundial para que una mujer supere el “infierno” de una relación de abusos porque el daño mental y físico las mantiene inmovilizadas y confundidas.

Al dictar la conferencia Prevención y atención psicológica en casos de violencia contra la mujer en la pareja, Díaz Marroquín argumentó que las personas maltratadas suelen experimentar lealtad hacia la pareja, porque consideran que aparte del contrato matrimonial, hay uno implícito de apoyo, cariño y paciencia, donde la lealtad consiste en no hablar de la agresión fuera del vínculo conyugal.

Esa inmovilidad o parálisis causada por el daño físico y psicológico, sostuvo, es utilizada por la víctima como una estrategia de supervivencia: "Lo quiero a pesar de todo".

La académica señaló que algunos autores llaman a esta situación "síndrome de la mujer maltratada", caracterizado por vergüenza, culpa, depresión, ansiedad, fobias generalizadas y miedo anticipado al maltrato.

Dijo que en el también llamado síndrome de Estocolmo Doméstico, la víctima percibe una amenaza a su supervivencia, permanece aislada y no distingue otra perspectiva más que la del agresor.

"Él (su pareja varón) le indica qué está bien y qué se merece. En esa situación, ella se siente sin escapatoria, excepto si puede disuadir al agresor o convencerlo", explicó.

Pero eso no es todo. La mujer suele defender a su pareja ante los embates externos, colocar fuera de él las causas de la agresión y argumentar que su comportamiento se debe a la injusticia social, falta de empleo, agresiones en su niñez. Además, evita a toda costa denunciarlo, porque no lo responsabiliza de su conducta, agregó Díaz Marroquín.

En ese sentido, consideró que la terapia feminista permite reconocer la desigualdad social de la mujer y sus razones, además de cuestionar la supuesta complementariedad de funciones de la pareja, porque en la práctica es injusta, concluyó.

fuente: El Universal de Mexico

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